La Gerencia Nacional de Enseñanzas intelectuales decide atajar el problema del fracaso escolar y a partir de ese momento, todos los institutos deberán contar con veintidós estudiantes, ni más ni menos. Los que sobran irán a parar al instituto Remanente. Allí los catorce alumnos de catorce años se reúnen en la clase de tercero que resulta una mezcla curiosa y explosiva de personajes y personalidades. Todos ellos tienen algo en común: su rebeldía ante el papel de fracaso asignado por Gerencia Nacional de Enseñanzas. Y van a un concurso en el que ganaron y los de la Gerencia nacional se dieron cuenta de que se habían equivocado al separar a los alumnos. La gente quería que todo volviera a la normalidad, pero los chicos no querían volver a estar en un instituto normal.
Fernando Lalana
